
Violencia de Género
La violencia de género se refiere a actos dañinos dirigidos contra mujeres y niñas debido a su género, abarcando violencia física, sexual, psicológica y económica. Es una violación de los derechos humanos con consecuencias tanto inmediatas como a largo plazo. Factores como la discriminación y la desigualdad de género son causas fundamentales de esta violencia.

Aunque la mayoría de las víctimas de violencia de género son mujeres y niñas, también afecta a hombres, niños, personas LGBTQ+, adultos mayores y personas con discapacidad.
La violencia de género puede ocurrir en cualquier lugar, ya sea en la calle o en casa. No solo es física, también incluye amenazas, manipulación y control. Puede presentarse de muchas formas, como violencia en pareja, abuso sexual, matrimonios forzados, mutilación genital o los llamados "crímenes de honor". Sus efectos pueden ser muy graves y, en algunos casos, pueden llevar a la muerte.
Antes de empezar:
La violencia no siempre deja marcas visibles ni caras tristes.
Muchas personas que la sufren siguen con su vida como si nada pasara, y por eso es importante dejar de pensar que solo quien se ve lastimado necesita ayuda. Este estigma hace que muchas víctimas no denuncien o lo hagan demasiado tarde.
Violencia Sútil
(las víctimas invisibles)
La violencia sutil es un tipo de maltrato psicológico que no siempre se nota fácilmente. Se da a través de actitudes como humillar, menospreciar, controlar o hacer sentir a alguien que no vale. Estas acciones degradan y desvalorizan de manera encubierta, afectando la autoestima y la salud mental de la persona contribuyendo a la depresión y al estrés postraumático.
Micromachismo
El termino fue utilizado por primera vez por Luis Bonino en 1990. El micromachismo on formas sutiles de violencia que pasan desapercibidas. Son actitudes, comentarios o acciones que buscan controlar, minimizar o restarle importancia a las mujeres, de manera encubierta. Pueden verse en chistes, en la división de tareas en casa o en la forma en que se cuestiona la capacidad de una mujer solo por ser mujer.
Algunas manifestaciones son:
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Control de la vestimenta
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Asignar tareas domésticas por defecto
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Descreditar emociones con frases como "exageras"
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Minimizar logros profesionales
Maternidad y Crianza
Este tipo de violencia ocurre cuando no se respeta la decisión de una persona sobre su propio cuerpo y su vida, cuando alguien es maltratado durante el parto, recibe procedimientos médicos sin su permiso o es ignorado en un hospital. También es violencia obligar a continuar con un embarazo. Además, la falta de apoyo para criar a los hijos, la discriminación en el trabajo y la carga excesiva de responsabilidades hacen más difícil la vida de quienes sí eligen ser madres.
Violencia Laboral
La violencia laboral es un abuso de poder en el entorno de trabajo que busca excluir, aislar o someter a una persona. Se manifiesta a través de agresiones físicas o verbales, acoso sexual, hostigamiento o violencia psicológica. Este tipo de violencia puede provenir de cualquier persona dentro del ámbito laboral, sin importar la relación jerárquica. Además, la discriminación basada en diferencias biológicas, sociales, culturales o de género también es considerada una forma de violencia laboral.
Violencia Digital
La violencia digital ocurre cuando se usan medios electrónicos, como redes sociales, mensajes o correos, para acosar, amenazar, humillar o controlar a una persona. Puede ser compartir fotos privadas sin permiso, mandar mensajes para molestar o amenazar, hacerse pasar por alguien más o entrar a sus cuentas sin permiso. Esto afecta la privacidad, la seguridad y el bienestar emocional de quienes la sufren.
Violencia Económica
La violencia económica es cuando alguien controla o limita el dinero y los recursos de otra persona para hacerla depender y dificultar que pueda salir de la situación. Puede incluir prohibirle trabajar, quitarle su sueldo, endeudarla sin su consentimiento o no darle dinero suficiente para sus necesidades básicas. Es una forma de violencia de género porque afecta principalmente a mujeres y las deja en una posición vulnerable.
Otras manifestaciones incluyen:
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Cuestionamiento de gastos personales
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Control financiero disfrazado de "administración familiar
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Desvalorización del trabajo doméstico
Violencia Vicaria
La violencia vicaria es cuando alguien usualmente la pareja o expareja lastima a los seres queridos de una persona (como sus hijos o familiares) para hacerle daño emocional y psicológico. Es común en casos de violencia de género, donde un agresor usa a los hijos como herramienta para castigar o controlar. Puede ir desde manipulación y amenazas hasta agresiones físicas o incluso la muerte de los hijos. Su objetivo es causar el mayor sufrimiento posible a la víctima.
Violencia en espacios públicos
La violencia en espacios públicos ocurre cuando una persona es acosada, agredida o intimidada en lugares como calles, parques, transporte público o plazas. Esta violencia limita la libertad y seguridad de quienes la sufren, afectando su derecho a transitar sin miedo. Puede ser física, verbal, sexual o psicológica e incluye conductas como el acoso callejero, tocamientos, insultos o amenazas, también:
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Piropos no solicitados
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Invasión del espacio personal
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Seguimiento "casual" en la calle
Deslegitimación Social
Esto ocurre cuando se minimizan o se justifican los actos de violencia, o cuando las víctimas son culpadas por lo que les ocurrió. La falta de apoyo y reconocimiento puede hacer que las víctimas se sientan solas y sin ayuda, lo que dificulta aún más que denuncien o busquen ayuda.
OJO: esto también ocurre cuando no creemos las experiencias de las personas que sufren violencia porque su imagen no entra dentro de nuestro criterio de persona violentada.
Violencia hacia las personas LGBTQ+
La violencia contra la comunidad LGBTQ+ se refiere a cualquier acto de agresión, discriminación o exclusión dirigido a personas por su orientación sexual, identidad de género o expresión de género. Esta violencia puede manifestarse de diversas formas, incluyendo:
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Violencia física: Golpes, agresiones con armas o cualquier tipo de ataque físico.
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Violencia verbal: Insultos, amenazas y discursos de odio.
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Violencia psicológica: Humillaciones, hostigamiento, presión social y aislamiento.
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Violencia institucional: Discriminación en servicios de salud, educación, trabajo o el sistema de justicia.
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Crímenes de odio: Asesinatos, torturas y agresiones extremas motivadas por prejuicios contra la diversidad sexual.
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Violencia sexual: Correctiva o coercitiva, como intentos de “curar” la orientación sexual o identidad de género de una persona mediante violaciones o terapias de conversión.
Este tipo de violencia es el resultado de prejuicios y estigmas profundamente arraigados en la sociedad y se alimenta de la falta de protección legal, impunidad y discursos de odio. Combatirla implica generar conciencia, garantizar derechos y fortalecer mecanismos de protección para la comunidad LGBTQ+.
Violencia hacia los
Adultos Mayores
La Dra. Liliana Giraldo Rodríguez, explica que la violencia contra los adultos mayores es un problema serio que ha recibido más atención en los últimos años. Este tipo de maltrato forma parte de la violencia dentro del hogar, al igual que el abuso infantil y la violencia de género.
Por lo general, se intenta explicar esta violencia mirando solo las características de la persona afectada o de quien la maltrata, o la relación entre ellos. Pero esto no es suficiente, ya que no se toma en cuenta cómo influyen los roles de género y la forma en que está organizada la familia.
Desde este punto de vista, es importante notar que las mujeres mayores pueden ser las más afectadas porque enfrentan una doble dificultad: su edad y su género. Esto las hace más propensas a ciertos tipos de maltrato y discriminación, muchas veces porque han vivido bajo reglas de género que las obligaron a cuidar a otros durante toda su vida. Cuando llegan a una edad en la que necesitan ayuda, pueden encontrarse sin apoyo, lo que las deja en una situación de abandono o abuso. Aunque este problema no les ocurre solo a las mujeres mayores, ellas suelen ser las más afectadas por estas razones.
Violencia hacia las personas con discapacidad
La violencia hacia las personas con discapacidad, es un problema grave pero poco visibilizado. Se refiere a cualquier forma de abuso, maltrato o discriminación que sufren las personas con discapacidad, especialmente dentro de su propio hogar. Esta violencia puede ser física, emocional, sexual o económica y muchas veces es ejercida por familiares, cuidadores u otras personas cercanas.
Esta violencia es difícil de identificar porque no se registran suficientes datos sobre el tema y muchas veces las víctimas no pueden denunciar por falta de accesibilidad en el sistema de justicia. Además, algunas personas con discapacidad dependen completamente de sus agresores para su cuidado, lo que las hace aún más vulnerables.
Existe una necesidad de generar más información sobre este problema y de garantizar que las personas con discapacidad puedan acceder a la justicia en igualdad de condiciones. También fortalecer las políticas de protección y apoyo para prevenir estos abusos y asegurar que las víctimas reciban la ayuda necesaria.
Violencia contra las niñas y los niños
La violencia contra niñas y niños es cualquier acto que cause daño físico, psicológico o emocional a menores de edad, y que puede ocurrir en distintos entornos como el hogar, la escuela o la comunidad. Esto incluye el abuso físico, sexual y emocional, la explotación y la negligencia, afectando gravemente su desarrollo y bienestar.
Tiene efectos devastadores y a largo plazo, como el trauma emocional, dificultades en el aprendizaje, problemas de salud mental y física, y una mayor vulnerabilidad a caer en situaciones de abuso y explotación en el futuro.
Es importante destacar que la violencia infantil es una violación grave de los derechos humanos y un obstáculo para el desarrollo saludable de los niños.
Violencia contra hombres
La violencia contra los hombres es una forma de abuso que, aunque muchas veces pasa desapercibida, también es real y afecta a este grupo. Este tipo de violencia puede ser física, psicológica, emocional, económica o sexual, y se da en diversos contextos, como en relaciones de pareja, familiares, laborales o sociales.
A menudo, los hombres no denuncian los abusos que sufren por razones culturales y sociales, como el estigma de que los hombres no deben ser víctimas de violencia o que deben "ser fuertes". Esto genera que la violencia contra ellos sea más silenciosa y difícil de identificar. La violencia hacia los hombres puede tener graves consecuencias en su salud mental y física, y es fundamental que se rompa el silencio para crear un espacio en el que puedan recibir ayuda, apoyo y justicia.
Es importante destacar que la violencia contra hombres no debe ser minimizada, ya que afecta tanto a hombres como a mujeres, y la sociedad debe estar dispuesta a reconocerla, prevenirla y ofrecer apoyo a las víctimas, sin importar su género.
La violencia de género no es exclusiva de las mujeres.
Codificación Simbólica hacia la Mujer
La codificación simbólica hacia la mujer se refiere a la manera en que la sociedad asigna significados, valores y estereotipos a las mujeres a través de símbolos, discursos, imágenes y normas culturales. Estos símbolos pueden reforzar ideas sobre lo que se espera de una mujer en términos de comportamiento, roles y apariencia, muchas veces limitando su autonomía y perpetuando desigualdades de género.
Por ejemplo, la representación de las mujeres como cuidadoras, delicadas o subordinadas en medios de comunicación, publicidad o literatura es una forma de codificación simbólica. También ocurre cuando se asocia a la mujer con ciertos colores, vestimentas o actitudes como símbolo de feminidad. Por ejemplo, cuando se dice que el rosa es de niñas y el azul de niños, o cuando en las películas las mujeres casi siempre aparecen como princesas esperando ser rescatadas en lugar de ser heroínas.
Este tipo de mensajes pueden limitar lo que las mujeres creen que pueden hacer y afectar la forma en que la sociedad las trata, reforzando desigualdades entre hombres y mujeres.
Ley Olimpia
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La Ley Olimpia es un conjunto de reformas legales en México que castigan la violencia digital, especialmente la difusión sin consentimiento de fotos, videos o cualquier contenido íntimo. Su objetivo es proteger la privacidad y dignidad de las personas en internet y redes sociales.
Si haz sido victima de este tipo de violencia ¡DENÚNCIALO!
Atención psicológica a mujeres en situación de violencia
El manual para la atención psicológica a mujeres en situación de violencia menciona que la violencia contra las mujeres empieza desde cómo nos enseñan a ser hombres y mujeres desde niños. A las mujeres se les dice que deben ser obedientes, tiernas y vivir para cuidar a los demás, mientras a los hombres se les enseña a ser fuertes y tomar decisiones. Esto hace que las mujeres crezcan sintiendo que valen menos, que deben aguantar maltratos, y que si no cumplen con esos papeles, algo anda mal con ellas. Por eso, muchas veces se quedan en relaciones violentas creyendo que así debe ser. Para ayudar de verdad, hay que entender que no es culpa de ellas, sino del sistema que las ha hecho sentir así, y acompañarlas con respeto, sin juzgar, ayudándolas a recuperar su valor y confianza.
La crianza marca la diferencia.
Desde pequeñas, a las niñas se les enseña a portarse bien y a cuidar a otros, mientras a los niños se les da permiso de ser más libres y fuertes. Esto hace que las mujeres crezcan creyendo que su valor depende de agradar a los demás.
La violencia se normaliza
Muchas mujeres creen que los gritos, los golpes o los malos tratos son parte normal de una relación, porque así lo aprendieron desde chicas o porque quieren mantener a la familia unida.
Las emociones se confunden
Aunque se sientan tristes o incómodas, muchas veces no hacen nada porque ya no confían en lo que sienten o porque piensan que merecen lo que les pasa. Están tan acostumbradas a vivir de esa manera, que ya no es extraño sentirse así todo el tiempo; la tristeza o el miedo se vuelven parte de lo “normal”.
El apoyo debe ser con respeto
Para que una mujer salga de la violencia, necesita sentirse escuchada, comprendida y valorada. No se trata de decirle qué hacer, sino de acompañarla con empatía y ayudarle a creer de nuevo en sí misma.
¿Qué pasa cuando una persona fue violada?
De acuerdo al manual de Atención Médica a Personas Violadas, cuando una persona llega a un hospital porque fue víctima de una violación, lo primero que hace el personal médico es verificar cuánto tiempo ha pasado desde el ataque, porque eso determina el tipo de atención que se necesita. Si han pasado menos de 72 horas, se debe ofrecer un tratamiento profiláctico, que incluye medicamentos para prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS), incluido el VIH, además de la anticoncepción de emergencia. También deben tomarse muestras de laboratorio y ofrecer atención psicológica desde el primer momento. Si ya pasaron más de 72 horas, se enfoca en detectar si hay infecciones o un posible embarazo, y también se hacen estudios para evaluar la salud física y mental de la persona. En todos los casos, la atención debe ser rápida, sin prejuicios, con respeto y sin revictimizar, además de notificar a las autoridades según marca la ley. Todo esto es su derecho, y los hospitales públicos tienen la obligación de dar este servicio sin costo alguno.
*Este manual fue publicado en 2004, y en ese entonces se indicaba que, en casos de embarazo por violación, era necesario autorización del Ministerio Público para acceder a una interrupción legal. Actualmente, eso ya no es indispensable en muchos estados, ya que la interrupción del embarazo es legal en la mayoría del país.
Levanta la voz, no estás sola
Si tú o alguien que conoces está viviendo violencia, no estás sola. Cada estado en México cuenta con líneas telefónicas y centros especializados para ayudarte. Puedes acercarte a los Institutos Estatales de Atención a la Violencia contra las Mujeres: te escuchan, te orientan y están ahí para protegerte. Levantar la voz es el primer paso, y no tienes que hacerlo sin apoyo.

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